sábado, 23 de febrero de 2008

Estuve en tu sueño


Anoche estuve en tu sueño
y penetré en tu real inconsciente.
Acaricié tu pulida figura,
recorrí tu adormilado cuerpo
y besé tu boca entreabierta.

Seguías dulcemente soñando
mientras yo era la sombra
de tu inconsciente regocijo.

Ahora puedo decir
que soñaste conmigo,
porque estaba ahí,
regocijándome contigo.

No había nada más
que un sereno éxtasis
en tu sonriente rostro
de ojos cerrados.

Estaba en tu sueño
aunque creyeras que era otro.
Fui el conocido extraño
que en tu sueño no tiene rostro.

Te amé despacio y profundo
para que no abrieras los ojos,
para que sintieras, sublime,
las maravillas del gozo.

Estaba en tu sueño
y gemías en silencio…
y sonreías…
con suspiro eterno.

Fui el amor en tu sueño,
el que cultiva el deseo.
Y no podrás olvidarme…
porque estuve en tu sueño.


CCE
marzo 9, 2007

Entre la comprensión y la honestidad. Una cuestión de valores

Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa
Centro de Estudios en Comunicación y Tecnologías Educativas
César Correa Enríquez
Maestría en Valores para la Acción Educativa

Sede: FES Cuautitlán, Edo. de Méx.
Tutor: José Alfonso Espinosa Vázquez
Grupo: 02

Entre la comprensión y la honestidad. Una cuestión de valores

“La búsqueda humana más importante es la de
esforzarse por la moralidad de nuestra acción.
Nuestro equilibrio interno y el de la existencia
dependen de eso. Sólo la moralidad en nuestras
acciones le puede dar belleza y dignidad a la vida.
Hacer de eso una fuerza viva y consciente es,
tal vez, la tarea principal de la educación”.
Albert Einstein


Hace unos meses había hecho un ensayo de sobre la propuesta se enseñar la comprensión de Edgar Morin en Los siete saberes necesarios para la educación del futuro (1999) y lejos de modificar esencialmente lo planteado en aquella ocasión, en este trabajo lo que hago es incorporar algunos elementos y reflexiones que aporta también la lectura del capítulo VII del mismo libro de Morin “La ética del género humano” y la de El Plagio en el Trabajo Científico, de Raúl Rojas Soriano (1992).
Decía en esa ocasión y ahora reafirmo, que la degradación ética que sufre en la actualidad la humanidad va en ascenso corrompiendo y acabando con la convivencia, la salud, la seguridad y la tranquilidad de los habitantes del planeta y generando nuevos problemas y enfermedades que se tienen que enfrentar con nuevas actitudes para reconstruir los valores perdidos y construir otros que orienten comportamientos individuales y colectivos.
El grado preocupante en que se encuentra dividida la humanidad en la actualidad es debido a que la convivencia familiar, social e incluso regional y entre naciones se está fragmentando en filosos pedazos y todo debido al ritmo de vida que se lleva, a las frustraciones que desencadenan en enfermedades, indiferencia, agresividad o muchas veces, en criminalidad.
Ante el actual cuadro planetario de debilidad ética humana, los profesionales de la educación, la comunicación y las humanidades han expuesto la necesidad urgente de planteamientos pedagógicos donde se enmarque la educación en valores éticos con modelos susceptibles de aprendizaje y que resuelvan conflictos morales reconocidos.
Y para comenzar a rescatar esos valores y llegar a una toma de conciencia de lo que Morín llama la Tierra-Patria, podemos dar inicio con tratar de comprender y aplicar en lo posible lo que propone de aprender y enseñar la comprensión, así como considerar uno de los más importantes y fundamentales valores humanos: la honestidad, que basada en la verdad, Raúl Rojas plantea desde el punto de vista intelectual.
El primero de estos planteamientos ético-pedagógicos lo hace el francés, Edgar Morin, quien señala que la labor de la educación del futuro debe estar basada en la enseñanza de la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad.
Para Morin el comprender es un procedimiento humano que va más allá del simple aprendizaje intelectual pues requiere de empatía, identificación y proyección, que conlleve apertura, tolerancia, simpatía y generosidad en un proceso de aprendizaje y reaprendizaje permanente.
Para llevar a cabo este proceso, es necesario que la persona comience por la práctica mental del auto-examen permanente de sí misma, es decir, comprenderse así misma, porque si no puede hacer esto, no puede comprender a las demás personas, sus ideas, sus sentimientos y su visión del mundo.
Señala que se debe de educar no sólo para el respeto y la solidaridad a los niños mujeres y ancianos sino a todos los individuos, a sus creencias religiosas, a sus ritos, costumbres y libertades, venciendo todo tipo de egocentrismo y autojustificación que sólo llevan a la hipertrofia, la mentira, la falta de convicción, la deshonra y a la duplicidad, actos por demás contrarios a la convivencia éticamente humana.
Se debe enseñar la ética de la comprensión como un arte de vivir de manera desinteresada, con argumentos que refuten en lugar de excomulgar y anatemizar, comprendiendo antes de asumir la posición de juez en todas las cosas excusando y acusando porque la comprensión significa tolerancia para las ideas no para los insultos, agresiones y crímenes.

Comprensión entre individuos, culturas y pueblos

Morín sustenta que la enseñanza de la comprensión entre los individuos lleva a una comprensión entre las culturas y entre los pueblos, significando sociedades más abiertas y democráticas, porque la comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación humana y puede contribuir a que las relaciones de los habitantes del planeta salgan de su actual estado bárbaro de incomprensión.
Claro que para ser comprensivos, primero tenemos que cultivar la tolerancia porque ésta supone una convicción de aceptación de las expresiones ideas y creencias contrarias a las nuestras. Ser tolerante en los cuatro grados que maneja Morin: el primero, referente a evitar imponer nuestras propias concepciones; el segundo cultivar el principio democrático nutriéndonos de las opiniones diversas y antagónicas a la nuestra; el tercero es respetar esas ideas antagónicas y el cuarto, la conciencia de la tolerancia cuando ésta es a favor de las ideas no de los insultos, agresiones o actos homicidas.
El investigador francés va más allá al plantear que el aprendizaje de la comprensión debe jugar un papel fundamental en el aprendizaje democrático porque las sociedades democráticas funcionan gracias a las libertades individuales y a la responsabilidad del individuo. Nos explica que en la democracia el individuo es ciudadano responsable que no sólo expresa sus deseos e intereses sino que es solidario con la ciudad. Por eso, dice que para una atropo-ética o ética propiamente humana, debemos trabajar por la humanización de la humanidad, obedecer la vida, guiar la vida; lograr unidad en la diversidad; respetar en el otro tanto la diferencia como la identidad consigo mismo; desarrollar la solidaridad, la comprensión y enseñar la ética del género humano.
Por otro lado, no podemos enseñar la comprensión sin antes aprenderla, sin aprender que tenemos que ser portadores de una moral ética que respalde nuestra honestidad intelectual. Y es precisamente a esta situación a la que hace referencia Raúl Soriano (1992) cuando explica que lamentablemente el plagio es una constante en los trabajos no sólo de estudiantes sino de investigadores, que lejos de ayudar y aportar algo al desarrollo de la educación, la están violentando, engañando al mundo y robando en demérito de la academia.
Entiendo a través de la lectura “El plagio en el trabajo científico”, que no sólo es intelectualmente deshonesto (lo llamaría también antiético) el que se roba las ideas, las frases, los conceptos de tal o cual autor, sino también lo es el que no se prepara, el que por ignorancia o falta de conocimiento no sabe cómo hacer una cita, hacer una referencia bibliográfica o no da crédito de ninguna forma a la fuente de la que obtuvo información.
También es deshonesto y antiético echar la culpa a otros de nuestros propios límites, no comprender los límites de algunos y aprovecharnos del trabajo de algunos más.
Luis Castro Leiva y Miquel Martínez (1997), en el documento de consulta presentado en la VII Conferencia Iberoamericana de Educación, señalan:
No es posible abordar un programa de educación en valores éticos sólo a través de la preocupación por el desarrollo singular de la personalidad y de las capacidades de autonomía, juicio y responsabilidad. Es necesario integrar tales objetivos y preocupaciones en un marco más amplio, el de la formación de personas capaces de comprender al otro, de respetar el pluralismo, la comprensión mutua y la paz, y, además, formadas en niveles de excelencia en el conocer y el hacer.

Escasez de respeto, verdad y justicia

Puede ser viable la propuesta de Morin si también tomamos en cuenta los planteamientos de Castro y Martínez en el sentido en que se necesita un cambio sustancial en los proceso de aprendizaje y en la función de los profesores orientada a la preparación de personas competentes, no sólo en su ejercicio profesional sino en su forma de ser y de vivir, guiados por criterios de respeto, solidaridad, justicia y comprensión. Esto quiere decir que la formación de los profesores en la enseñanza de valores éticos redituará en la personalidad moral de los educandos desarrollando, como dicen los autores mencionados: “…autoconocimiento, autonomía y autorregulación, capacidad de diálogo, capacidad para transformar el entorno, comprensión crítica, empatía y perspectiva social, habilidades sociales y para la convivencia, razonamiento moral”. Además será más viable y completa si retomamos los consejos de Rojas Soriano para evitar a toda costa y en cualquier acto de nuestra vida académica y profesional, el plagio.
Enseñar la comprensión que plantea Morin como uno de los valores éticos en y para la educación, no se circunscribe solamente a la enseñanza maestro-alumno, ni mucho menos sólo al salón de clases, sino que va más allá. Es una educación ética que comprende al individuo en sí, a la familia, la sociedad y las naciones, por lo que se requiere de acciones pedagógicas que aprovechen todos los recursos dentro y fuera de las escuelas desde la educación básica hasta la profesional para convertir ese conocimiento en una forma de vida más justa y solidaria y en la que hay que accionar de manera social y utilizar creativa y adecuadamente la Tecnología de Información y Comunicación, que es por demás decirlo, ha contribuido a una deshumanización.
Si como dice Ana García-Valcárcel (200?) “…hay cierta unanimidad en recomendar la introducción de las nuevas tecnologías en los centros educativos con la intención de formar al profesorado y al alumnado en el dominio técnico de aparatos y en el desarrollo de ciertas competencias (búsqueda de información, selección, aprender a aprender…) relacionadas con los nuevos medios”, para hacer uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), en beneficio de la educación y principalmente para llevar a cabo una educación para la comprensión, se requiere no solo de la claridad de valores garantes de la moral humana y de solidaridad intelectual, sino de un despliegue constante de creatividad que provea de recursos imaginativos y pedagógicos.
¿Por qué un constante despliegue de creatividad?, porque creo que sin creatividad resulta más complicado lograr el objetivo de transmitir, enseñar y hacer sentir valores éticos como la comprensión y la solidaridad y que son fundamentales para llevar a cabo una educación para y en la comprensión. Si bien se han logrado transmitir sentimientos y sensaciones a través de los medios de comunicación (quién no ha llorado o reflexionado con una película, que puede ser un principio para la comprensión, por ejemplo), es necesario reconocer que se requiere de una actualización constante, no sólo cognitiva y de conocimientos comunicacionales técnicos, sino de un constante replanteamiento pedagógico y del comportamiento humano para que la enseñanza de valores éticos a través de los medios de información y comunicación se logre.
Actualmente estamos sufriendo una escasez de respeto verdad y justicia, hemos incomprendido, viciado, mal interpretado, perdido esos valores fundamentales. La mentira se ha vuelto una costumbre en la vida diaria, un engaño de nuestra propia vida, el respeto ha sido pisoteado, hundido, humillado y la justicia se ha extraviado en un mar de interpretaciones legales, corrupción e impunidad. Es hora de hacer algo. Empecemos por nosotros mismos, nuestras familias, amigos, compañeros. Rescatemos los valores éticos y llevémoslos a la práctica diaria en nuestra vida, en todo momento, en todo instante en cada acción.




Referencias:

Buscarais, Ma. Rosa; Educar para la solidaridad. Recuperado en febrero de 2008 de: www.oei.es/valores2/boletin8.htm

Castro Leiva, Luis y Martínez Miquel. Educación y valores éticos para la democracia. Recuperado en febrero de 2008 de: www.oei.es/viiciedoc.htm

García-Valcárcel Muñóz Repiso, Ana. Educación y tecnología, Recuperado en febrero de 2008 de: http://web.usal.es/anagv/arti1.htm

Huaquín, Héctor; Ética y educación integral. Recuperado en febrero de 2008 de: www.bu.edu./wcp/Papers/Educ/EducHuaq.htm

Morin, Edgar, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, capítulo: VI “Enseñar la comprensión” y VII “La ética del género humano”. Traducción de mercedes Vallejo Gómez, editado por la Organización de las naciones Unidas, octubre de 1999, p. 47-53

Rojas Soriano, Raúl. “Formación de investigadores educativos”, Editorial Plaza y Valdés, México 1992.
Savater, Fernando; Ética para Amador; Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V.; Trigesimoquinta reimpresión, enero del 2000.


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Transdisciplinariedad

De acuerdo con Alejandro Peñuela Velásquez (2005), los dos caminos para explicar el origen del concepto interdisciplinariedad son:
Primero, hacer un recorrido histórico y buscar la esencia de dicho concepto, tarea que él mismo reconoce como “titánica”. Sin embargo señala que a partir de El Discurso del método, de Descartes, da inició una escisión estructural en el pensamiento occidental con la división entre sujeto y objeto, originando una variedad de disciplinas que aún siguen fragmentándose.
El segundo camino que plantea tiene dos momentos:
1. De la Primera Guerra Mundial a los años 30 y
2. A partir de la Segunda Guerra Mundial y de las relaciones de cooperación en áreas económicas, políticas y científico culturales. La creación de la UNESCO inició esa cooperación a nivel internacional y a partir de los años 60 propone trabajar de manera interdisciplinaria en la búsqueda de soluciones comunes a problemas contemporáneos.
Peñuelas dice que es a partir de la década de los 70 cuando la interdisciplinariedad aparece como “panacea epistemológica” para curar los males que afectan a la consciencia científica.

Un cuestionamiento básico a la investigación interdisciplinaria es que todavía no se llega a “cómo se va a hacer” porque creo que eso va a depender del objeto de estudio y la solución a determinado problema. Además, a pesar de que una investigación sea interdisciplinaria, su proceso no podrá dejar de ser disciplinario por la justificación científica y metodológica que se requiera. Aunque pienso que es mucho más complejo que eso porque se trataría de unificar diversas teorías en la práctica y la realidad es tan variable como los puntos de vista o estudios de las diversas disciplinas que pudieran estar implicadas, además de que existen tiempos y formas que varían especialmente en cuestiones sociales.


El autor maneja las siguientes cinco tipologías de lo “no disciplinar”
1. Interdisciplinariedad lineal tipo 1, que se da cuando varias disciplinas abordan el mismo problema u objeto de estudio y cada una aporta desde su saber una mejor comprensión, pero ninguna sufre cambios o modificaciones determinables.
2. Interdisciplinariedad lineal tipo 2, cuando una disciplina se apoya en algún elemento de otra (teoría, técnica-método, una información, un concepto) pero cada una conserva sus límites y dinámicas.
3. Interdisciplinariedad dialéctica. Aquí tanto la disciplina 1 como la disciplina 2, se afectan y cambian recíprocamente. Hay interacción, intercambio y cooperación.
4. Nivel dialéctico fractal simple. Existe la emergencia de una nueva disciplina como emergencia de la interacción de otras disciplinas. La nueva disciplina no puede explicarse por la suma de las disciplinas que le dan origen (principio de sinergia y recursividad).
5. Nivel dialéctico fractal complejo. Aquí se dan niveles intermedios (fraccionarios), que son niveles complejos de interacción donde se requieren altos niveles de conceptualización. La dimensión práctica sólo puede ser aprehendida a partir de la interpretación en varios niveles de realidad y esquemas cognitivos constructivos (no lineales, multicausales y azarosos).

La Zoosemiótica correspondería a la tipología de Interdisciplinariedad lineal tipo 1.

La transdisciplinariedad trasciende a las disciplinas y lo disciplinar. Sin embargo, con la aportación, cualquiera que fuere de las disciplinas, el estudio del objeto o problema no dejaría de ser estudiado de manera disciplinaria. ¿No se caería en una simple forma de ver el objeto de estudio desde distintas visiones (disciplinas) sin llegar a la aplicación conjunta de solución del problema investigado al que hay que buscar resolver?

Referencia:
Peñuelas, L. A. (2005). La transdisciplinariedad. Más allá de los conceptos, la dialéctica” en Andamios. Año 1 (Num. 2), pp. 43-47. México. Recuperado en febrero de 2008 de: www.uacm.edu.mx/andamios/num2/andamios_num_2.pdf

Telesesión del 12 de febrero

Los aspectos más significativos de la telesesión del 12 de febrero de 2008 fueron los relativos a la transdisciplinariedad, la interdisciplinariedad, la complejidad y la incertidumbre.
Dichos temas los podemos aplicar a nuestra labor como investigadores y a nuestro queahacer profesional desde el momento en que abordemos la investigación de manera más profunda, tomando los problemas en el contexto en que se encuentran y considerando las diferentes realidades que rodeen nuestro objeto de estudio. La incertidumbre nos exigirá ser autocríticos y autoreflexivos, incorporando nuevos elementos de la investigación y retroinformándonos.
Creemos que en nuestras experiencias se ha manifestado la complejidad, pero aún no hemos podido explicar claramente como se han presentado la transdisciplinariedad y la interdisciplinariedad, por lo que podemos manifestar que todavía tenemos algo de duda y falta de claridad en dichos esos conceptos.

Equipo: Isabel Zamudio García, Juan Espinoza Rodríguez y César Correa Enríquez.

febrero de 2008

Hacia un código de ética

A continuación se enlistan algunos aspectos éticos (con opción a ir incrementándose) que deberán acompañarnos como estudiantes durante el desarrollo del módulo de investigación de la maestría en Valores del Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa.
Honestidad
Responsabilidad
Respeto
Solidaridad
Puntualidad
Colaboración
Justicia
Ser coherente
Democracia
Humildad
Compromiso
Comprensión


Equipo: Isabel Zamudio García, Juan Espinosa Rodríguez y César Correa Enríquez.
febrero de 2008.

sábado, 16 de febrero de 2008

Calavera

Para evitar que la tradición muera,
va una pequeña calavera:

En este día, al CECTE
Lo ha visitado la muerte,
Y a todos se jala parejo,
Del más verde, al más bermejo.

De nada valió que fueran diosas,
Como la ahora desahuciada Artemisa,
A quien se prepara cargar sin excusas,
Valga la redundancia, muerta de la risa.

No le importaron sus cajas
Para explicar la estructura de escritos,
Se la llevó con todo y alhajas,
Películas, masa y papelitos.

No hubo metodología alguna
Ni justificación del problema,
Se quemó al francés Bruno Ollivier,
Y éste, ni el humo le pudo ver.

A Gándara un virus le mandó
A través de su ordenador
Y ahora lo vemos en la red penar,
Aunque crea que lo que hace es navegar.

Por las sedes se fue a penar
Y a Teverosky quiso encontrar,
Pues se puso a pensar,
Que en honor de la verdad,
Con tanta complejidad,
En el infierno debería estar.
Seguidora del movimiento “slow”
A Miguel Ángel se dirigió.
Muy lento se lo empezó a jalar,
pues los correos tarda en contestar.

A la Lic, del inicio del Portal,
No le dio baja temporal,
Por ser tan sutilmente alusiva,
Le dio su baja definitiva.

Al bostezar y de mi sueño despertar
Donde a todos intenté asustar,
El ensayo me puse a elaborar,
Pues es lunes y el CECTE
La plataforma me puede cerrar.


César Correa
02-nov-07

Una reseña

Además de Diez nuevas competencias para enseñar cuyo primer capítulo: “Organizar la propia formación continua”, es el que nos ocupa hoy, el profesor de la Universidad e Ginebra, Philippe Perrenoud, ha escrito, entre otros, textos como: La construcción del éxito y del fracaso escolar y Pedagogía diferenciada: de las intenciones a las acciones, que demuestran su conocimiento y estudio sobre las prácticas pedagógicas y la innovación en la formación de los profesores. Este sociólogo francés es también creador de un laboratorio de investigación sobre la Innovación, la Formación y la Educación (LIFE).
Organizar la propia formación continua es un texto pedagógico donde se muestra la importancia de saber organizarse individualmente y la de tener la capacidad de organizarse en grupo para participar en la formación propia y de los compañeros e intervenir en la política de formación continua y en los procesos de decisión a nivel institucional. Muestra la importancia de que los recursos cognitivos movilizados por las competencias deben estar al día a través de una organización de la formación continua que establezca un balance de competencias y un programa personal que incluya la participación responsable en las tareas generales de la enseñanza y del sistema educativo nacional, donde, además, sepamos explicitar clara y sencillamente nuestras prácticas para establecer un diagnóstico, construir estrategias y superar obstáculos. Nos invita a la reflexión metódica y estar listos para enfrentar las crisis en el momento en que surgen. Es decir, ser competente para enfrentar crisis de manera adecuada y rápida, con lucidez profesional. Nos enseña también la importancia de saber negociar y mediar con los compañeros para tomar decisiones colectivas en un proyecto de formación común y constante que nos comprometa a implicarnos en las tareas de la enseñanza y del sistema educativo y vencer el miedo de trabajar con un compañero experimentado.
Lo propuesto por Philippe Perrenoud en este texto invita a la reflexión, como dice: “más metódica”, sobre lo importante que resulta en estos tiempos una adecuada organización continua no sólo individual sino colectiva para fomentar situaciones de aprendizaje que no se queden en una simple descripción, sino que se lleven a la discusión y ayuda del aprendizaje de los compañeros con los que debemos trabajar fuera de toda rivalidad, soberbia, envidia o miedo para poder colaborar fructíferamente en el buen desarrollo de la educación a nivel nacional. Es un buen texto de ayuda para los formadores que queremos ser y para los que pretendemos formar. Si seguimos sus recomendaciones de trabajar con los compañeros, más experimentados o no, podemos sacar mucho provecho cognitivo en beneficio de nosotros y de la educación mexicana.

La violencia en el desarrollo infantil

César Correa Enríquez

Por mayo de este año mi hija Karina, que entonces estaba en tercero de secundaria, nos contaba a su madre y a mí de una pelea que había ocurrido al salir del colegio pocos días antes y de las consecuencias que ese pleito ocasionó. Sabemos bien que las peleas a la salida de la escuela han sido siempre, pero lo que hace ahora la diferencia es que en la actualidad son también mujeres las que se enfrentan a golpes para “arreglar sus diferencias”. Así fue en esta ocasión, dos niñas de máximo 14 años se habían golpeado arañado y demás en una pelea donde una de ellas fue a dar al hospital con la cabeza abierta y la cara arañada y la otra, que no salió tan bien librada de dicho conflicto, enfrenta ahora una demanda por lesiones que los padres de la chica hospitalizada levantaron en su contra. El resultado que este “desacuerdo” ocasionó fue: una niña hospitalizada, otra a punto de ir a la cárcel para menores y ambas expulsadas de la escuela secundaria en el último año. La primera protagonista seguramente se recuperará de las lesiones pero habrá perdido tres años de escuela y será difícil que con ese antecedente la reciban fácilmente en otra. La segunda, pude ir a la correccional de menores por algún tiempo, y si se salva de estar en prisión, contará ya con ese antecedente y en el mejor de los casos la consecuencia será la pérdida de tres años de escuela. Ambas perdieron por su agresividad y violencia.
Más casos como el descrito se ven también con mucho más regularidad en videos que son grabados con celulares y que se transmiten a través del Internet por los propios compañeros de escuela. Esos videos tan degradantes más que pena, dan tristeza.
¿Qué está pasando con nuestra niñez y juventud? ¿Qué generaciones estamos formando?
Podría decirse que la niñez que estamos formando está cada día más desequilibrada, más contaminada de violencia y las acciones, oficiales o no, establecidas para combatir esta situación, resultan insuficientes.
Considero que es un problema de falta de valores en la educación de los menores y una falta de valores también de los padres, que transmiten de manera directa o indirecta toda una gama de aspectos violentos que se quedan fijos en la memoria y experiencia de los niños y que son tomados como ejemplo y que vienen a contrarrestar los efectos creados en las escuelas en la enseñanza de valores humanos. El maltrato y la violencia que se ejerce contra los menores de edad crea en ellos diversos problemas físicos y psicológicos que los conducen a tener actitudes agresivas y violentas con las personas que los rodean además de que esas actitudes los llevan a cometer errores cada vez más graves que van conflictuando su vida y les ocasiona perjuicios que los pueden convertir en futuros delincuentes.

Diferentes tipos de violencia que se ejercen con o sin intención en los infantes

La velocidad con la que vivimos en la actualidad y la modernización que nos lleva a vivir tecnológicamente a otro ritmo obliga al hombre a actualizarse y a vivir bajo una tensión social que le provoca una ansiedad por estar al día y adaptarse al medio, haciéndolo proclive a variaciones anímicas como la irritabilidad y el mal humor que a su vez lo orillan a interpretaciones negativas de los acontecimientos y por lo tanto, a no poder controlar sus impulsos y reacciones que cada vez más van derivando en agresión y violencia.
Esa agresividad y esa violencia, que la mayoría de las veces son producto del estrés, se manifiestan y expresan varias veces al día en cualquier lugar y en cualquier situación a través de gritos, lenguaje ofensivo, agresivo, y hasta con golpes, no sólo a extraños y conocidos sino hasta con la propia familia, ocasionando diversos tipos de daño y generando rencores a su alrededor, en una cadena que cada vez es más grande y más difícil de romper.
Pues bien, esa agresividad y violencia que manifiestan los adultos en varias ocasiones al día y en cualquier lugar, se expresan también ante los hijos, teniendo gran impacto en su desarrollo psicológico. Para la psicóloga Elizabeth González Montaner, existen dos tipos de violencia: la verbal y la física. (1)
La verbal se caracteriza por las palabras en forma de insultos que además expresan algún sentimiento profundo de molestia, ira, frustración, etc., y las verbalizaciones que indican falta de respeto por los derechos del otro, que en el caso de los menores puede llegar a acabar con su autoestima y crearles rencores, odios, depresiones, rebeldías, agresiones y una gran gama de conflictos psicológicos que los irá perjudicando a través de su crecimiento en sus relaciones humanas y sociales.
La física es el maltrato o agresión que se hace a una persona físicamente y que en los niños, puede ir desde un simple jaloneo del brazo, el cabello o su ropa, un manazo o pellizco, hasta las grandes golpizas que se ha sabido propinan algunos padres a sus hijos creándoles, además del físico (que en los peores casos es el abuso sexual y la muerte), un daño psicológico en la mayoría de las situaciones peor que el daño verbal, debido a que les forma un sentido de autodefensa basado en la misma agresión y daño que los lleva a lastimar más e incluso a herir sin remordimiento alguno.
El maltrato y la violencia contra a los infantes es a cada día más alarmante pese a programas oficiales y no oficiales y las estadísticas, como siempre, son reveladoras y tristes. Según la Red por los Derechos de la Infancia en México, en 1999 se reportó un total de 12 mil 516 niños maltratados y 12 mil 433 niñas, siendo la familia el lugar más frecuente de abuso, en donde la madre y el padre presentaron el más alto nivel de violencia ejercida hacia los niños, seguidos de padrastros, madrastras y otros. (2)
Cuatro años después, la Consulta Infantil y Juvenil 2003 que realizo el Instituto Federal Electoral y donde participaron tres millones 75 mil 194 niños y jóvenes, reveló que tres de cada diez menores reportaron maltratos físicos en sus hogares y escuelas, siendo las cifras de los primeros mayores en casi un 50 por ciento, que en los segundos, Es decir que son 50 por ciento más maltratados en sus propios hogares que en sus centros escolares. (3)
La misma consulta infantil y juvenil señala que el 28.5 por ciento de los consultados reportaron que son insultados y se encontró que con frecuencia sus padres y madres tienen entre 20 y 30 años de edad y que a medida que aumenta la escolaridad y la edad de los padres, existen mejores condiciones en la familia, sin embargo, en el caso de padres y madres con nivel de postgrado, se observó un ligero aumento en el porcentaje de violencia reportado por niños y niñas.
Por otro lado, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal informó en agosto de este año que de acuerdo con el Sistema para el desarrollo Integral de la Familia en el Distrito federal (DIF-DF), en el 2005 se registraron mil 239 reportes de niñas y niños maltratados, donde las principales causas fueron maltrato físico, emocional, omisión de cuidados y abandono. (4)
Otro dato importante que desvía un poco el objetivo de este trabajo, pero que es importante porque de alguna manera se encuentra en relación con la violencia infantil, es el que presenta también la CDH-DF de una investigación realizada en 2005 por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Sistema Nacional para el desarrollo Integral de la familia (DIF) y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) donde el resultado señala que uno de cada tres hogares vive algún tipo de violencia intrafamiliar y lo peor de todo, que cinco mil niñas, niños y adolescentes en el Distrito Federal, han sido involucrados en prostitución infantil, de un total de 16 mil en 21 entidades del país; 20 mil más han padecido algún tipo de explotación; 80% tienen entre 4 y 10 años; el 90 por ciento vive en situación de calle. Señala el estudio que este fenómeno se ha incrementado desde los hogares a través de Internet y mediante enganchadores. (5)
Expertos en el tema sugieren que la violencia infantil debe entenderse como la interacción entre factores que tienen que ver con el desarrollo psicosocial de los de los individuos, sus diferencias neurológicas y hormonales y los procesos sociales que se dan a su alrededor. La salud pública establece que el fenómeno de la violencia infantil debe considerarse como un problema de salud que se traduce en muertes, enfermedad y disminución en la calidad de vida.

Efectos de la violencia en el desarrollo y comportamiento del niño

Una de las causas de la mala conducta del niño, que se verá reflejada en el transcurso de su vida, estriba en el concepto negativo de sí mismo, producto del maltrato y la violencia ejercida en él. De acuerdo con la educadora, psicóloga y consejera de matrimonios y familias, Dorothy Corkille Briggs, muchos adolescentes (y adultos) cuya conducta va en detrimento de sí mismos y de la sociedad –marginados, delincuentes y drogadictos, por ejemplo- creen, dentro de sí, ser individuos desesperadamente ineptos y carentes de valor alguno y buscan a tientas hallar significado y satisfacción para sus vidas, pero sus esfuerzos, mal orientados, sólo los impulsan a una conducta en la cual está implícita la autoderrota. También, agrega que las emociones contenidas pueden volverse contra el yo (con síntomas de jaqueca, sonambulismo, hiperactividad, onicofagia, obsesiones, enfermedades psicosomáticas), o bien volcarse hacia fuera en forma de hostilidad hacia los demás y hacia la sociedad
De esta manera, la forma en que los padres viven con los hijos durante sus primeros años, puede ser, en consecuencia, el camino para que ellos ingresen en círculos viciosos o benignos. (6)
Un trabajo realizado por Lorraine B. Wallach (7) afirma que además de que los primeros años de vida son los más críticos para el desarrollo futuro del niño, las experiencias en los años escolares son también importantes para su crecimiento saludable por lo que la violencia en su casa o en la comunidad, ejerce un efecto negativo notable en el parámetro de su desarrollo pues los niños traumatizados por la violencia pueden padecer una memoria distorsionada y sus capacidades cognoscitivas pueden ser perjudiciales. Los niños que han sido víctimas o que han visto a otras víctimas de la violencia, pueden tener dificultades en su trato con otras personas pues la ira tiene grandes posibilidades de incorporarse a sus estructuras de personalidad aumentando el riesgo de que en su futuro también recurran a la violencia.
Los niños que viven en un ámbito de violencia pueden desarrollar un mecanismo de defensa que los afectará en su vida inmediata con la abierta posibilidad de desarrollar en ellos un efecto patológico a largo plazo e inferir en su capacidad de comprensión e interacción con otras personas. Además, los menores que son traumatizados por la violencia, pueden tener dificultad en imaginarse así mismos en papeles de importancia en el futuro.

El porqué de la enseñanza de valores

Cuando peor es el comportamiento de un niño o un joven, mayor es su anhelo de aprobación; cuando más retraído u ofensivo, más necesita amor, comprensión y aceptación; cuando más altas sus defensas, más ansioso y alienado está.
Obvio es que se necesita hacer algo mucho más completo y eficiente contra la violencia infantil por los hijos, hermanos, nietos, sobrinos, la niñez en general y por el bien de la humanidad, debido a que no bastan los programas oficiales de enseñanza muy “light” de valores, ni programas como la “mochila segura” para crear un conocimiento y consciencia más efectivo que permita a nuestra niñez y juventud ser mejores personas e individuos no sólo con su familia, sino con la sociedad de la que forman parte.
Bien nos explica Delors, J (1996) que la violencia que impera en el mundo contradice la esperanza que algunos habías depositado en el progreso de la humanidad debido a los elementos nuevos que a partir del siglo XX acentúan el riesgo de autodestrucción de la humanidad misma, por lo que señala que para desarrollar en el niño u adolescente una visión cabal del mundo, la educación tanto en la familia como en la comunidad y la escuela debe hacerles descubrir quienes son para poder ponerse en el lugar de los demás y comprender sus reacciones. Esta forma de enseñar para la comprensión es señalada también por Edgar Morin (1999), como condición y garantía de solidaridad intelectual y moral de la humanidad para la educación del futuro, que permitirá sustituir el enfrentamiento agresivo oral y corporal, por el diálogo y el intercambio de argumentos.
Aunado a estos conceptos se debe fomentar cada vez más la participación de los profesores y alumnos en proyectos comunes que puedan engendrar métodos de solución de conflictos guiados por valores humanos universales y éticos que les permitan comprender el mundo que les rodea y comportarse como seres responsables y justos.
Todo progenitor y todo maestro se encuentran en posiciones adecuadas para ofrecer elementos que impidan que los niños caigan en la trampa de una vida infeliz y distorsionada. Aun en las mejores circunstancias, aparecen fuera del hogar personas que infunden en los menores efectos negativos, por lo que cuantos menos efectos negativos reciban los pequeños al interior de su familia, mejor podrá enfrentar los que reciba del exterior. Los padres que modifican su actitud agresiva y comienzan a brindar valores éticos, morales y humanos, observan en estos cambios sorprendentemente positivos en periodos relativamente breves.
Además de todo lo anterior, es menester luchar por el cambio de programación en los medios de comunicación que últimamente transmiten a toda hora y de cualquier forma, no sólo a través de programas elaborados, sino de noticiarios, escenas que sólo contribuyen a la enajenación violenta de las mentes infantiles, creando actitudes agresivas inconscientes que son aplicadas de igual manera en el diario actuar de los niños y jóvenes.
Estoy seguro que si la educación en valores humanos y universales se refuerza en la educación de los infantes no sólo en la enseñanza preescolar sino con más énfasis en la primaria y secundaria, y, además se invaden los medios de comunicación con campañas constantes de los mismos aspectos positivos y se “educa” a los padres de familia para enfrentar el estrés y las actitudes respaldados de igual manera en un aprendizaje de valores humanos y éticos, se podrá combatir de manera adecuada ese veneno que es la violencia y que contamina desde temprana edad a nuestros futuros hombres y mujeres.


Referencias

(1) González Montaner, Elizabeth (2001). Psicología- online. Recuperado en octubre de 2007, de http://psicologia-online.com/ciopa2001/actividades/24/index.html
(2) Márquez, Andrea (2003). Derechos Infancia México. Recuperado el 8 de noviembre de 2007, de http://www.derechosinfancia.org.mx/Temas/temas_abuso1.htm
(3) Doblecarta. Semanario de Información Socioeconómica (2003). Resultados de la Consulta Infantil y Juvenil. Recuperado en noviembre de 2007, de http://seguimiento.sedesol.gob.mx/doblecarta/2003/Doble_doc/Doblecarta_52.pdf
(4) Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (29 de agosto de 2007). cdhdf.org.mx. Recuperado el 8 de noviembre de 2007, de http://www.cdhdf.org.mx/index.php?id=bol17207
(5) Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (25 de febrero de 2007). cdhdf.org.mx. Recuperado el 8 de noviembre de 2007, de http://www.cdhdf.org.mx/index.php?id=bol3107
(6) Corkille Briggs, Dorothy (2005). El niño feliz. Su Clave Psicológica (29ª. Ed). Barcelona, España: gedisa
(7) Wallach, Lorraine B. (1997) La violencia y el Desarrollo de los Niños. Recuperado en octubre de 2007, de http://www.ericdigests.org/1997-1/ninos.html
(8) Delors, J. (1996): “Los cuatro pilares de la educación” en La educación encierra un tesoro. Informe de la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI, Madrid, España: Santillana/UNESCO. pp. 91-103
(9) Morin, Edgar (1999) “Capitulo VI. Enseñar la comprensión” en Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Paris, Francia: UNESCO. pp. 47-52
(10) Hijar Medina, Martha & López López, María Victoria & Blanco Muñoz, Julia (1997). La violencia y sus repercusiones en la salud; reflexiones teóricas y magnitud del problema en México. Recuperado en octubre de 2007, de http://www.scielo.com
(11) Busca.salud.gob.mx (2006) Comunicado de prensa No. 229. Recuperado el 8 de noviembre de 2007, de http://busca.salud.gob.mx/unidades/dgcs/sala_noticias/comunicados/2006_04_24_229-victima_de_maltrato.htm

Enseñar para la comprensión. Una propuesta de Edgar Morin para la educación del futuro

César Correa Enríquez
La degradación ética que sufre en la actualidad la humanidad, va en ascenso corrompiendo y acabando con la convivencia, la seguridad y la tranquilidad de los habitantes del planeta y generando nuevos problemas que se tienen que enfrentar con nuevas actitudes para reconstruir los valores perdidos y construir otros que orienten comportamientos individuales y colectivos.
Ante tal problemática, los profesionales de la educación, la comunicación y las humanidades, han expuesto la necesidad urgente de planteamientos pedagógicos donde se enmarque la educación en valores éticos con modelos susceptibles de aprendizaje que resuelvan conflictos morales reconocidos.
Uno de estos planteamientos ético-pedagógicos lo hace el francés, Edgar Morin, quien señala que la labor de la educación del futuro debe estar basada en la enseñanza de la comprensión entre las personas como condición y garantía de la solidaridad intelectual y moral de la humanidad (1).
Para Morin el comprender es un procedimiento humano que va más allá del simple aprendizaje intelectual pues requiere de empatía, identificación y proyección, que conlleve apertura, tolerancia, simpatía y generosidad en un proceso de aprendizaje y reaprendizaje permanente.
Para llevar a cabo este proceso, es necesario que la persona comience por la práctica mental del auto-examen permanente de sí misma, es decir, comprenderse así misma, porque si no puede hacer esto, no puede comprender a las demás personas, sus ideas, sus sentimientos y su visión del mundo.
Señala que se debe de educar no sólo para el respeto y la solidaridad a los niños mujeres y ancianos sino a todos los individuos, a sus creencias religiosas, a sus ritos, costumbres y libertades, venciendo todo tipo de egocentrismo y autojustificación que sólo llevan a la hipertrofia, la mentira, la falta de convicción, la deshonra y a la duplicidad, actos por demás contrarios a la convivencia éticamente humana.
Se debe enseñar la ética de la comprensión como un arte de vivir de manera desinteresada, con argumentos que refuten en lugar de excomulgar y anatemizar, comprendiendo antes de asumir la posición de juez en todas las cosas excusando y acusando. Comprensión significa tolerancia para las ideas no para los insultos, agresiones y crímenes.
El planteamiento de Morin sustenta que la enseñanza de la comprensión entre los individuos, lleva a una comprensión entre las culturas y entre los pueblos, significando sociedades más abiertas y democráticas, porque, asegura que la comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación humana.
Hasta aquí, la idea de Morin de enseñar la comprensión resulta, para mí, una propuesta algo incompleta en tanto no plantea una metodología de acción y aplicación para llevarla, pedagógicamente hablando, a cabo. Tiene valor en cuanto a propuesta de aplicación de un valor ético, pero pienso que hace falta, para que funcione, plantear la forma en que se puede realizar puesto que no propone métodos de aplicación para el aprendizaje y la acción.
Sin embargo, enseñar la comprensión que nos presenta Morin, tiene opciones de llevarse a cabo si se toma a la comprensión como uno de los valores éticos susceptibles de reflexión individual y colectiva que pueda ser aprendido y enseñado en el ámbito de la investigación pedagógica y como ejercicio reforzador del profesorado para la educación no sólo cognitiva sino también afectiva, tolerante y solidaria.
Luis Castro Leiva y Miquel Martínez, en el documento de consulta presentado en la VII Conferencia Iberoamericana de Educación, señalan que “No es posible abordar un programa de educación en valores éticos sólo a través de la preocupación por el desarrollo singular de la personalidad y de las capacidades de autonomía, juicio y responsabilidad. Es necesario integrar tales objetivos y preocupaciones en un marco más amplio, el de la formación de personas capaces de comprender al otro, de respetar el pluralismo, la comprensión mutua y la paz, y, además, formadas en niveles de excelencia en el conocer y el hacer.”(2)
Puede ser viable la propuesta de Morin si también tomamos en cuenta los planteamientos de Castro y Martínez en el sentido en que se necesita un cambio sustancial en los proceso de aprendizaje y en la función de los profesores orientada a la preparación de personas competentes, no sólo en su ejercicio profesional sino en su forma de ser y de vivir, guiados por criterios de respeto, solidaridad, justicia y comprensión. Esto quiere decir que la formación de los profesores en la enseñanza de valores éticos redituará en la personalidad moral de los educandos desarrollando “…autoconocimiento, autonomía y autorregulación, capacidad de diálogo, capacidad para transformar el entorno, comprensión crítica, empatía y perspectiva social, habilidades sociales y para la convivencia, razonamiento moral”.(3)
Enseñar la comprensión que plantea Morin como uno de los valores éticos en y para la educación, no se circunscribe solamente a la enseñanza maestro-alumno, ni mucho menos sólo al salón de clases, sino que va más allá. Es una educación ética que comprende al individuo en sí, a la familia, la sociedad y las naciones, por lo que se requiere de acciones pedagógicas que aprovechen todos los recursos dentro y fuera de las escuelas desde la educación básica hasta la profesional para convertir ese conocimiento en una forma de vida más justa y solidaria y en la que hay que accionar de manera social y utilizar creativa y adecuadamente la Tecnología de Información y Comunicación, que es por demás decirlo, ha contribuido a una deshumanización.
Si como dice Ana García-Valcárcel “…hay cierta unanimidad en recomendar la introducción de las nuevas tecnologías en los centros educativos con la intención de formar al profesorado y al alumnado en el dominio técnico de aparatos y en el desarrollo de ciertas competencias (búsqueda de información, selección, aprender a aprender…) relacionadas con los nuevos medios”(4), para hacer uso de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), en beneficio de la educación y principalmente para llevar a cabo una educación para la comprensión, se requiere no solo de la claridad de valores garantes de la moral humana y de solidaridad intelectual, sino de un despliegue constante de creatividad que provea de recursos imaginativos y pedagógicos.
¿Por qué un constante despliegue de creatividad?, porque creo que sin creatividad resulta menos sencillo lograr el objetivo de transmitir, enseñar y hacer sentir valores éticos como la comprensión y la solidaridad y que son fundamentales para llevar a cabo una educación para y en la comprensión. Si bien se han logrado transmitir sentimientos y sensaciones a través de los medios de comunicación (quién no ha llorado o reflexionado con una película, que puede ser un principio para la comprensión, por ejemplo), es necesario reconocer que se requiere de una actualización constante, no sólo cognitiva y de conocimientos técnicos comunicacionales, sino de un constante replanteamiento pedagógico y del comportamiento humano para que la enseñanza de valores éticos a través de los medios de información y comunicación se logre.
La creatividad es fundamental para elaborar programas e incluso spots (sin descartar mensaje de audio, video y escritos a través de Internet o bien que se difundan a través de éste) que logren transmitir el sentimiento, es decir que hagan sentir a las personas esa sensación tan necesaria como la solidaridad no sólo para que se quede gravada en su memoria y lo haga actuar por repetición o imitación, como lo hace actualmente la televisión, sino que las haga sentir y razonar al mismo tiempo y que lo puedan expresar, compartir y transmitir en cualquier momento y con cualquier persona sin problema alguno y de esa manera contribuir a enseñar la comprensión.
El planteamiento de Edgar Morin de enseñar para la comprensión, podría ser viable si se complementa dicha propuesta con la adecuada aplicación pedagógica dentro y fuera de los espacios escolares y con el uso creativo y bien definido de la tecnología de información y comunicación.








Notas:
(1) Morin, Edgar, Los siete saberes necesarios para la educación del futuro, capítulo VI “Enseñar la comprensión”. Traducción de mercedes Vallejo Gómez, editado por la Organización de las naciones Unidas, octubre de 1999, p. 47-53
(2) Castro Leiva, Luis y Martínez Miquel, Educación y valores éticos para la democracia, documento de consulta presentado a la VII Conferencia Iberoamericana de Educación, Organización de Estados Iberoamericanos Para la Educación, la Ciencia y la Tecnología, segunda parte, p.3. Obtenido en la siguiente dirección electrónica: www.oei.es/viiciedoc.htm
(3) Idem, p.10
(4) García-Valcárcel Muñóz Repiso, Ana; Educación y tecnología, documento consultado a través de Internet, p.9 http://web.usal.es/anagv/arti1.htm


Referencias bibliográficas

Huaquín, Héctor; Ética y educación integral; www.bu.edu./wcp/Papers/Educ/EducHuaq.htm

Buscarais, Ma. Rosa; Educar para la solidaridad; Artículo publicado por ACSUR Las Segovias (1998), Organización de Estados Iberoamericanos Para la Educación, la Ciencia y la Tecnología; www.oei.es/valores2/boletin8.htm
Savater, Fernando; Ética para Amador; Editorial Planeta Mexicana, S.A. de C.V.; Trigesimoquinta reimpresión, enero del 2000.

La solidaridad, artículo publicado sin autor en “La página de la vida”; www.proyectopv.org/1-verdad/solidaridad.htm

Ética y tecnología; documento posteado en FLOSS,TI,RSE, por Gérmán, el 22/03/06, a las 12:49, PM. Conferencia en las 5tas Jornadas Regionales de Software Libre, 20, 21, 22, y 23 de noviembre de 2005; Rosario, Santa Fe, Argentina; www.creativecommons.org