sábado, 16 de febrero de 2008

Una reseña

Además de Diez nuevas competencias para enseñar cuyo primer capítulo: “Organizar la propia formación continua”, es el que nos ocupa hoy, el profesor de la Universidad e Ginebra, Philippe Perrenoud, ha escrito, entre otros, textos como: La construcción del éxito y del fracaso escolar y Pedagogía diferenciada: de las intenciones a las acciones, que demuestran su conocimiento y estudio sobre las prácticas pedagógicas y la innovación en la formación de los profesores. Este sociólogo francés es también creador de un laboratorio de investigación sobre la Innovación, la Formación y la Educación (LIFE).
Organizar la propia formación continua es un texto pedagógico donde se muestra la importancia de saber organizarse individualmente y la de tener la capacidad de organizarse en grupo para participar en la formación propia y de los compañeros e intervenir en la política de formación continua y en los procesos de decisión a nivel institucional. Muestra la importancia de que los recursos cognitivos movilizados por las competencias deben estar al día a través de una organización de la formación continua que establezca un balance de competencias y un programa personal que incluya la participación responsable en las tareas generales de la enseñanza y del sistema educativo nacional, donde, además, sepamos explicitar clara y sencillamente nuestras prácticas para establecer un diagnóstico, construir estrategias y superar obstáculos. Nos invita a la reflexión metódica y estar listos para enfrentar las crisis en el momento en que surgen. Es decir, ser competente para enfrentar crisis de manera adecuada y rápida, con lucidez profesional. Nos enseña también la importancia de saber negociar y mediar con los compañeros para tomar decisiones colectivas en un proyecto de formación común y constante que nos comprometa a implicarnos en las tareas de la enseñanza y del sistema educativo y vencer el miedo de trabajar con un compañero experimentado.
Lo propuesto por Philippe Perrenoud en este texto invita a la reflexión, como dice: “más metódica”, sobre lo importante que resulta en estos tiempos una adecuada organización continua no sólo individual sino colectiva para fomentar situaciones de aprendizaje que no se queden en una simple descripción, sino que se lleven a la discusión y ayuda del aprendizaje de los compañeros con los que debemos trabajar fuera de toda rivalidad, soberbia, envidia o miedo para poder colaborar fructíferamente en el buen desarrollo de la educación a nivel nacional. Es un buen texto de ayuda para los formadores que queremos ser y para los que pretendemos formar. Si seguimos sus recomendaciones de trabajar con los compañeros, más experimentados o no, podemos sacar mucho provecho cognitivo en beneficio de nosotros y de la educación mexicana.

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